En Nocturne, una palabra que evoca la noche, Plensa navega por la dicotomía simbólica entre luminosidad y oscuridad. El artista presenta su obra más reciente en un gradiente de densidad material, comenzando con la escultura más sustancial realizada en basalto negro y bronce, y concluyendo con figuras etéreas y ligeras en acero inoxidable y cristal de Murano. Contemplando los extraordinarios desafíos del presente en estos términos, Plensa sostiene, “Incluso después de la noche más larga, la mañana siempre llega”. Ya sea abrazando u oponiéndose a las cualidades intrínsecas de sus materiales, la exhibición de retratos escultóricos de Plensa simboliza el potencial para que la esperanza emerja de un lugar de total oscuridad.
Comenzando esta exposión en Chicago está Minna, un retrato de nueve pies de alto que representa a una mujer joven con los ojos cerrados en estado de reposo. Creado a partir de piedra de basalto oscuro, Minna es la obra más grande del artista en el medio hasta la fecha. Nocturne continúa con una serie de cinco retratos en bronce: Anna, Irma, Laura, Lou y Rui Rui. Dispuestas muy juntas como en un diálogo silencioso, cada cabeza de bronce presenta una superficie de textura única, el resultado de haber sido fundida a partir de los mismos moldes que el artista usa para formar sus figuras de malla de acero. Una vez fundido en bronce, Plensa pinta a mano la superficie de cada obra con una capa de blanco, oscureciendo cuidadosamente el acabado oscuro original mientras aclara los serenos rasgos faciales de sus sujetos.
Las dos obras más grandes de la exposición son las más etéreas de Plensa: alambres de acero inoxidable delicadamente doblados construyen los retratos de Rui Rui y Julia, delineando los rostros de los sujetos de Plensa mientras que al mismo tiempo oscilan dentro y fuera de la legibilidad. Con una profunda conciencia material, Plensa ofrece la ilusión de una forma ingrávida, fabricando y convirtiendo obras que de otro modo serían monumentales en apariciones ligeras y aireadas. A través del retrato, las esculturas de Plensa transmiten la naturaleza transitoria de la condición humana, capturando a sus modelos en un solo momento en el tiempo. Como explica Plensa, “cada vez que hago un retrato, poco después, en cierto modo, la persona ya no existe”. La exposición culmina con Silence, un retrato a escala íntima realizado en cristal de Murano blanco. Llevándose un dedo a los labios en un gesto de quietud, la figura actúa como una coda, concluyendo Nocturne con una nota final de tranquilidad interior.
Fuente: https://www.richardgraygallery.com