Diego Canogar, Madrid 16 de mayo de 1966.Siempre fiel a mí mismo, indago en la esencia virtual de las formas y las superficies que definen los objetos. Si se dibuja algo de manera esquemática, ¿qué textura le asignará el espectador? Me gusta dibujar en tres dimensiones con tubos, chapas y varillas metálicas con las que construyo las piezas de mi microcosmos. La geometría y la naturaleza son un filón inagotable de esquemas atemporales con los que poder jugar. Esferas y cubos por un lado y por el otro, rocas, plantas, agua y aire, en diferentes configuraciones sean quizás mis temas más recurrentes. Exploro la forma más sencilla posible de plasmarlos, elaborando definiciones visuales de objetos o conceptos que se encuentran alojados en la caverna de Platón, lo que resulta en unas estructuras que las definen. Son como dibujos o trazos en el aire, la luz que reciben, reflejan o incluso a veces emiten, crean sombras interesantes, dando protagonismo absoluto al aire y a la luz que circulan y envuelven mis esculturas.
Para esta ocasión, presento en la Galería BAT alberto cornejo, un conjunto de piezas que pertenecen a las series en las que estoy más activo en los últimos tiempos. La curva, como hilo conductor lacio, que serpentea entre temáticas, conectando y dotando de significado y dirección a un corpus de obra, en que todo está conectado. La recta como concepto paralelo, también tendría su sentido, pues se complementa con la curva y la potencian inevitablemente, pero permítanme en esta ocasión acotar mi discurso. VER MAS EN
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